lunes, 4 de mayo de 2009

"Mentiras" por Ondina

Para aquellos que no pudieron acompañarnos el viernes 24 de abril en la sesión del Ciclo "El arte de..." donde proyectamos la película "Mentiras" (1999) del coreano Jang Sun Woo , van algunos comentarios personales , basados en la experiencia de ver la película por primera vez y por lecturas sobre la misma que siempre aclaran o confunden más.

Antes de la proyección, le comenté a Carlos que no me gustaría que fuera en mi casa, porque pensaba que en algún momento me ausentaría, en razón de que el tema del sadomasoquismo en las relaciones sexuales me impactaba y, hacerlo en casa no me parecía del todo amable para con los demás Freaks, por ello Carlos ofreció un lugar alternativo que a mi juicio resultó por demás agradable y cómodo, con todo lo indispensable para las proyecciones, muy cerca de Carracci y con la novedad de encontrarse dentro de una enorme construcción.

Así llegamos a la cita varios Freaks, inusitadamente temprano, al filo de las 9:30 de la noche, ya sea por la novedad, la cercanía (para algunos) y un poco de presión por parte de Carlos, quien , por haber ganado la propuesta de Ciclo, escogió esta peli y la presentó. De manera por cierto muy particular , puesto que el hincapié lo hizó sobre la piel , como receptora del sentido del tacto, ofreciéndonos datos fisiológicos de corte sensorial , que devinieron en lo que significa el dolor y, algunos datos más de la peli, subrayando que en Oriente las mentiras tienen un mayor peso sobre las personas que el ejercicio incluso, de una relación sexual sadomasoquista, cosa muy opuesta en Occidente donde lo erótico-sexual esta cargado de culpa.

La película combina la ficción con el documental, es más, las primeras escenas incluyen una entrevista al director, que según los conocedores , es de los niños "malos" del cine coreano de principios de los 80,s y forma parte de la "nueva ola" del cine de este país. Jang Sun Woo es un director al que le gusta irritar con sus filmes tocando temas tales como la ética del capitalismo, la religión oficial, la masacre de Kwangju (el asesinato de más de 2000 civiles en 1980), la marginalidad urbana y las variantes sexuales más heterodoxas ,como es el caso de ésta peli.

"Gojitmal" (Mentiras) dura 112 minutos, de los cuales yo creo que 100 están destinados a ver a los protagonistas, desnudos y sosteniendo relaciones sexuales , que en un principio sólo tienen la "particularidad" de que se dan entre un hombre de 38 años y una jovencita de 18, después el director de manera progresiva y sostenida, con los menores efectos de cámara y escenarios , lo más naturalmente posible y apoyado en una excelente musicalización de Dal Palan, nos muestra cómo se inicia y recorre el camino de una relación sádico masoquista que escoge el sexo y los azotes como forma de expresión de tal tipo de relación , ya se sabe que el sadomasoquismo puede expresarse dentro de la pareja de múltiples formas y acercamientos desde aquellas parejas de "¿Quién teme a Virginia W..?" o "Luna Amarga", hasta "¿Qué fue de Baby Jane?" protagonizada por Bette Davis y Joan Crawford ( ésta última que en la vida real era rete mala). En realidad "Mentiras" presenta metáforas de las relaciones de pareja , puesto que dentro de la relación entre "J" y "Y" sucede lo que en tantas otras parejas , encuentros , desencuentros , lucha de poder , ambivalencia, dudas y otros tópicos que siempre o casi siempre se rodean de mentiras , dentro y fuera de la pareja y dentro y fuera de las propias personas en lo individual.

Es un filme clasificado por algunos como un Drama Erótico, basado en un novela prohibida en Corea del escritor Jan Jung, que plantea que "...las nociones de lo bueno y lo malo desaparecieran"; actuada por personas no profesionales: Lee Sang Hyun y Kino Tae Yeon , en realidad no sé cuál es cuál y dejo sus nombres sólo por hacerles algún reconocimiento, puesto que la propia protagonista nos cuenta sus pudores e intimidación al inicio del rodaje. La película se presentó en la Mostra de Venecia en el 2000 causando estupor y sorpresa.

"Mentiras" , aunque choqueante y en momentos demasiado reiterativa, por lo sofocante de los ambientes y lo minimalista del tema y los personajes , es de aquellas pelis que después se repiensan a la luz del contexto en que fueron filmadas, es por ello que de éste filme, que en occidente bien pudo llamarse "El hombre del maletín" , yo me quedo con lo que la protagonista le declara al amante , palabras más o menos ...mis hermanas fueron violadas y yo lo que quería era escoger con quién y cómo tener mis primeras relaciones sexuales, es decir la voluntad, la libertad de escoger , bueno o malo ¿a los ojos de quién? , por eso no me salí , la ví completa, porque lo que realmente me avasalla es lo que se impone, el abuso, lo no consentido.

martes, 14 de abril de 2009

Más sobre Primer

Como bien cuenta Ondina, la semana pasada algunos tuvimos la oportunidad de ver esta increíble película que, conforme avanzamos en datos, es cada vez más interesante.

En la historia, todo comienza con el diseño de un aparato que, a través de la superconducción a alta temperatura, reduce el peso de un objeto. Pero los personajes descubren que este aparato es capaz de afectar su realidad de una manera mucho más poderosa.

Aquí es donde la historia se vuelve tan compleja. Los personajes no resisten la tentación de alterar lo que consideran una realidad prefabricada y donde lo esencial y lo deseado, ya fue cubierto…. pero “qué es lo que realmente deseamos”…

Es difícil contar más sobre mis impresiones, sabiendo que hay varios freaks a quienes podría arruinarles una grata sorpresa, así que procuraré mejor darles una idea de Primer en datos que he encontrado en la web. Todavía estoy buscando el contacto directo con Shane Carruth (vale decir que lo busco por clavada, pero que es ciertísimo que está "guapo como él solo”.



Lo que hace a Primer:

Una de las metas de Carruth en el desarrollo de esta película, es reconstruir el proceso de un descubrimiento en su formal más natural, “sin luces de neón ni cromo” como dice él mismo, y sin más glamour que la puesta en escena del conocimiento mismo y sus accidentes.

En una entrevista publicada en About.com , Carruth dijo que su meta siempre fue lograr que la audiencia estuviera en el lugar en donde los personajes están.
Para ello decidió que el desarrollo de la trama necesitaba ser tan compleja como lo son inherentemente el artefacto y la relación entre los personajes, y asegurarse de que la información estuviera en la historia y que, si la gente estaba interesada en sumar los detalles, éstos estuvieran ahí.

En esta misma entrevista, Carruth señala que siempre pretendió que el tema central de la película fuera la relación entre los dos personajes principales y su inhabilidad para enfrentar el problema moral del recién descubierto poder. Y puesto que, como científicos, los personajes nunca tuvieron la necesidad de hacerse preguntas éticas, responden de manera parcial ante su descubrimiento.


Como ya se ha dicho, Carruth quería que la película fuera tan auténtica como el proceso natural de un descubrimiento en la ciencia. Por esta razón conservó la jerga utilizada por los científicos y físicos que consultó, y llevó esta “autenticidad” a cada aspecto del rodaje y la producción.

Él mismo reconoce que con un presupuesto tan apretado, hubiera sido mucho mejor utilizar una cámara digital, sin embargo, la filmación con película fue lo que le permitió dar en la edición esos colores, granos y composiciones que la hicieron más –de nuevo- auténtica.


Primer en datos:

- Primer se filmó en 5 semanas en Dallas, Texas.
- La post-producción le tomó a Carruth dos años.
- Carruth estuvo tentado tres veces a abandonar el proyecto, cansado de no poder responder a la pregunta de: a qué te dedicas.
- De los 80 minutos de filmación, 78 están en el resultado final, así que muy pocas escenas quedaron fuera.
- Se produjo con 7000 dólares y un equipo de cinco.
- Los personajes fueron interpretados por amigos y familiares.
- Debido al corto presupuesto no había lugar a errores ni a la improvisación, y las escenas no podían grabarse más de dos veces. Por esta razón el storyboard fue muy detallado y la filmación absolutamente apegada a él.


La ciencia en Primer:*


- Los personajes comienzan la película intentando crear un superconductor de alta temperatura. Esta máquina opera con los principios del Efecto Meissner, que consiste en la desaparición total del flujo del campo magnético en el interior de un material superconductor por debajo de su temperatura crítica, lo cual da al material la propiedad de ser repelido por los imanes.
Por esta razón, uno de los efectos puede ser la levitación de un imán sobre un material superconductor.
- Los personajes necesitaban palladium para construir su aparato. Los convertidores catalíticos contienen pequeñas cantidades de palladium y ellos lo toman de ahí.

- Los principios de las propiedades del artefacto se basan en los diagramas de Feynman, que los físicos utilizan para modelar la interacción entre partículas elementales.
Los diagramas de Feynman describen estas interacciones siendo iguales cuando suceden hacia adelante que hacia atrás, por lo que un positrón sería indistinguible de un electrón viajando en el tiempo.


- En algún momento los personajes mencionan que hay “alguna especie de probabilidad”, al describir lo que sucede en la máquina. Esto es una referencia al principio de indeterminación de Heisenberg, premio Nobel de Física en 1932 por la creación de la Mecánica Cuántica.

En mecánica cuántica, la relación de indeterminación afirma que no se pueden determinar con precisión infinita dos variables físicas de un objeto dado. Estas variables son la posición y la cantidad de movimiento, que variarán de acuerdo con una cierta distribución de probabilidad característica del estado cuántico del sistema.
Esta indeterminación de la posición-momento, sólo aplica en los estados cuánticos del átomo y no en la física de sistemas clásicos.

Este principio parte del hecho de que la posición y trayectoria de una partícula sólo se puede estudiar haciendo chocar un fotón de luz con dicha partícula. Este fotón altera su trayectoria, por lo cual, la posición que podamos conocer de una partícula, es siempre una medida probable, no absoluta.

* fuente

lunes, 13 de abril de 2009

PRIMER Por Ondina




La semana que pasó en su caracter de "Santa" y de descansada me permitió ver la peli (por dos veces) que en el cinito del viernes de hace quince días propuso Mich : "Primer" de Shane Carroth , me gustó tanto que quiero compartir con ustedes algunos datos y sensaciones acerca de ésta , para mí , inigualable peli de ciencia ficción. El director de ésta compleja película llamada "Primer", hizo el guión, la producción , la música , la fotografía y el montaje , además de actuar como el personaje de "Aaron", se trata de un matemático de 31 años (cuando la realizó en 2004) originario de Dallas, que cansado de lo que hacía , decidió ser escritor y luego se dió cuenta que le iban mejor las imágenes y es como se dedica durante tres años a aprender cine en forma autodidacta , leyendo cientos de guiones y estudiando fotocinema. Por fín, con 7,000 dólares en la bolsa "con lo que compras un carro de segunda mano" , según sus propias palabras, inicia el rodaje, habiendo hecho casting y escogiendo al güerito que encarna a "Abe" , que era actor de teatro y la improvisación era su fuerte. Este ingeniero prófugo de las matemáticas aplicadas, llamado Shane Carruth, comprende que para hacer creíble la disminución de la materia por medio de la manipulaciíon del campo gravitatorio tiene que saber bastante de física y también la estudia. Así que echando mano de los amigos y conocidos , que prestaban casas y garages para la filmación, que inicialmente se hizo en 16 mm y después la pasó a 35 mm , Shane construye un ambiente atemporal y sofocante , como marco del descubrimiento que "jamas ser viviente haya visto" según declara uno de los dos personajes principales. Según lo que leí Carruth escogió "actores" lo menos profesionales posible , porque la afectación de las entonaciones y actitudes de los actores profesionales le impedían lograr la naturalidad que esperaba proyectar de dos científicos jóvenes, ambiciosos en todos los sentidos y perplejos ante lo que no pudieron entender y manejar , se puede decir ( a reserva de que el "Negro Piombo" me reconvenga) que es el Bresson de la ciencia -ficción, incluso sus tomas, nos refieren a esta fragmentación donde lo que no se ve es lo más importante. Las premisas son siempre el hilo conductor de una película que ha impulsado a "clavados" -como Claudia y yo- a diseñar complejos diagramas acerca de su estructura, pueden encontrar en en El Tuburio de Neodian : neodian.blogsome.com dicha estructura y una explicación bastante razonable de personajes y tiempos , aunque todavía le falta. La peli es ganadora de cuando menos seis premios, de los cuales, los más importantes son los del Gran Jurado y el Especial Alfred P. Sloam de Ciencia y Tecnología de Sundance, 2004 , aunque el estreno fue hasta el 10 de junio de 2005.


Particularmente, la primera vez que la ví, quedé rebotando toda la noche y mi inconsciente se vió afectado, puesto que soñé o recuerdo que soñé solamente con la peli y cuando desperté seguía "rebotando" como el "monito-huevo" que introducen a la máquina. Esta reacción es compartida con los blogeros que escriben sobre la peli y también se comparte la inminente necesidad de verla nuevamente y si se puede por tercera o cuarta vez, para entenderla, ya que su sobriedad y buena factura, hace el efecto contrario a p.e. "Volver al futuro" donde importa un bledo la base científica , lo importante es a quién, cómo y dónde te lo encuentras , con personajes chistosos. Llama la atención que los personajes nunca se refieren a la máquina con un nombre particular , más bien es como la "criatura" de Shelly y el sarcófago de drácula que los "eterniza en el tiempo". La película, por sus antecedentes y por lo que creo que provoca mentalmente y, porque Shane ES GUAPO COMO EL SOLO, vale la pena que la vean aquellos Freaks que no la vieron y podamos compartir comentarios.




viernes, 20 de febrero de 2009

Robó Huyó y lo Pescaron. Por HappyHack

Mr. Allen, ladrón I. La película Llegamos al final de nuestro ciclo de cine titulado Ladrones, que tuvo tres películas más fuertes de lo que hubiera imaginado. Por suerte la última que veremos se trata de una comedia ligera, que siempre hace falta para relajar estas noches de viernes más allá de una buena copa de vino. Se trata de “Robó, huyó y lo pescaron”, nombre con el que se dio a conocer en México la película de 1969 titulada “Take the money and run”, del director norteamericano Woody Allen. Si bien el término comedia ligera parecería un poco despectivo, no es mi intención en absoluto considerar mal a esta cinta. Todo lo contrario, me parece que es una pieza fundamental en la carrera del director, que no es poca cosa. Explícome. “Robó, huyó y lo pescaron” fue la primera película escrita, dirigida y protagonizada por Allen. Muchos consideramos que también es una de las más caóticas dentro de su filmografía. Nos cuenta gags uno tras otro de forma tan acelerada que hay ocasiones que da poco tiempo para captar el chiste cuando ya se está contando otro. Muchas de estas bromas serán constantes aunque ligeramente modificadas en el resto de su carrera. Lo interesante y atractivo de esta es que tiene un desquiciado sentido del absurdo, tanto en los diálogos como en las imágenes, hilvanando una historia ridícula de hora y media. De esta manera, Allen aprovecha para experimentar cinematográficamente en muchas escenas, corriendo por la calle cámara-en-mano, por ejemplo. La cinta narra, en forma de documental, la biografía de un ladrón frustrado. Se entremezclan, como en cualquier documental, entrevistas a personas cercanas o que lo conocieron, con fotografías y escenas narradas de su vida. Este tipo de falso documental, el cual los gringos bautizaron con el nombre de mockumental (mock es un término que significa algo así como ridículo), fue algo prácticamente inédito para la época. Solamente se encuentran dos ejemplos anteriores: A hard day’s night (Richard Lester, 1964), donde se narra un día imaginario en la vida de Los Beatles, y una cinta para televisión de John Cleese (antes de que existiera el grupo Monty Python), que pasó prácticamente desapercibida, llamada How to Irritate People (1968). El mismo Woody Allen muchos años después retomará el género en su cinta Zelig (1983). Otro aspecto a destacar en la cinta es que está llena de influencias, y en algunos casos más bien homenajes, a otros actores, directores e inclusive películas. Algunos de los más evidentes son los ridículos disfraces de Groucho Marx que utilizan los padres del protagonista; la broma que termina siendo doble acerca del director de cine llamado Fritz (por supuesto en referencia a Lang), que en su discurso recuerda al Erich Von Stroheim de la película Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950); en este mismo sentido hace una parodia con un juego de sombras al puro estilo de las películas de Lang; o de la película Los fugitivos (Stanley Kramer, 1958), protagonizada por Tony Curtis y Sidney Poitier en donde dos reos huyen encadenados. Otros menos a la vista recuerdan el estilo de comedias de Howard Hawks como La adorable revoltosa (1938) o Su juego favorito (1964), donde el director intenta a toda costa que los protagonistas resulten graciosos (este tipo de comedias, fueron poco exitosas en su época, pero para 1969 ya se consideraban clásicas). De entre las más obscuras encontramos que el nombre del juez (Julius Epstein) es el mismo del guionista, nada menos que de Casablanca (Michael Curtiz, 1942), que es una de las cintas favoritas de Woody Allen (¿casualidad?). II. El director Woody Allen, nacido Allen Konigsberg, neoyorkino de hueso colorado (por eso también es paradójico que esta, su primer película, haya sido rodada en San Francisco). Eterno obsesivo y autocrítico. Odiado por muchos y amado por otro tanto. Protagonista de escándalos sexuales. Artistas hacen cola para actuar en sus películas. Comenzó su carrera en el cine participando en un experimento llamado Lily La Tigresa (1966), donde a partir de una película japonesa policiaca, quitó los diálogos originales y los dobló para hacerla comedia. Le siguió Robó, huyó y lo pescaron, que como mencionamos fue la primera en que participó como actor, guionista y director. Los productores no quedaron completamente satisfechos con el resultado, pero el éxito comercial los hizo callar. Sus siguientes cuatro películas tuvieron menor éxito en Estados Unidos, pero que poco a poco lo hicieron cada vez más famoso en Europa. La última noche de Boris Grushenko (1975) ganó el premio de la crítica internacional en el festival de Berlín. Allen llegó a declarar que si no fuera por el viejo continente, no sería nadie. Entonces llegó Annie Hall (1977), conocida en México como Dos extraños amantes, que le valió el premio Oscar a la mejor película. Parecía que todo iría viento en popa, pero el hecho de darle la espalda a la industria no yendo a recibir el premio, hizo que el público norteamericano nunca lo perdonara. Dejó a un lado las comedias y empezó a hacer películas serias, cada vez menos comprendidas, aunque Manhattan (1979) hoy se considera todo un clásico. A principios de los años 80 regresó a hacer comedias, a un ritmo increíble de una película por año hasta la fecha. Con tal cantidad de obras (contamos 39 cintas hasta 2008), es difícil mantener un nivel tan alto. Ciertamente muchos de sus filmes de los años 80 y 90 son menores. Sin embargo Allen no podría dejar de sorprender cuando en 2005 viajó a rodar en Europa por primera vez. Ese año realizó Match Point, una película seria, inspirada en la obra de Dostoievski, que acaparó premios en toda Europa. A sus 74 años, Woody Allen es uno de los directores norteamericanos más creativos. En sus 39 películas ha hecho comedias, dramas, ciencia ficción, policiacas, fantasía, musicales, adaptación de obras clásicas… ¡ya quisiéramos más de uno tener la mitad de su carrera!

jueves, 29 de enero de 2009

Cría cuervos...







Para mi padre, mi mejor maestro,
quien, sin duda por mi culpa,
pocas veces leyó algo
mío más que mis cartas





Entra coro de ángeles freaks


– ¿Cría cuervos? No te decía yo que a éste se le van las cabras demasiado seguido.
– Sí, también con lo que chupa…
– No es tanto lo que chupa, sino esa porquería que fuma…
– ¿Qué porquería?
– Esos Alas sin filtro, ¿no?
– Ah…
– Se suponía que iba a hablar de Deprisa, deprisa, y nos sale con otra, de Saura también, pero otra.
– Claro, este cuate está más confundido que Adán en el Día de la Madre.
– Además, creo que no le cayó bien eso de que no iba a ver más comida en las reuniones del cinito.
– ¿Vieron que flaquito está?, ¿comerá bien?
– Sí, cómo no, demasiado, se la pasa haciendo tangos...


Bueno, si no me tienen paciencia… y como lo prometido es deuda, y en materia de deudas tengo una vasta y jugosa experiencia, intentaré hablar algo de Deprisa, deprisa, no de Cría cuervos, aunque también habrá algo de esta peli, por aquello de que no es lo mismo pero es igual.
Carlos Saura clavó insistentemente su mirada sobre la niñez y la juventud en muchas de sus grandes películas, y nada tal vez refleje más su preocupación que esta frase suya: “La niñez no es ese paraíso dorado que tanto nos han querido hacer creer. Lo que intento decir es que en esa edad no tienes idea a dónde vas, sólo de que la gente te lleva a algún lado, guiándote, jalándote, y tú estás asustado. No sabes dónde vas a ir ni quién o qué vas a hacer. Es un momento de terrible indecisión”. El poder contar eso está más que logrado con Deprisa, deprisa, en una historia que cronológicamente fue precedida por Cría cuervos, tanto en su producción cinematográfica como en las edades de la vida. Para muchos cuervos que se han criado, la vida no tuvo pasado, el futuro es más que impredecible, y el presente es lo único que se rescata, por eso hay que vivirlo así, deprisa, deprisa. Pocos como Saura han mostrado tan crudamente por qué no hay que criar cuervos.

Coro de ángeles freaks (al que se ha incorporado su “servilleta”, por eso del narrador omnipresente, que no omnipotente, por favor no confundir)

– Pero la chamaca protagonista de Cría cuervos (¡Ay, qué magnífica Ana Torrent!) es una niña fresa, y estos gandayas de Deprisa, deprisa pertenecen a otra clase social.
– ¿Pero acaso los cuervos tienen clases sociales?
– Yo leí en el Manual de Carreño que la frase la acuñó un tal Don Álvaro de Luna y del Castillo durante una expedición de caza en el siglo…
– Tú y tu Manual de Carreño, ya cállate que nos desesperas…
– Bueno…
– Claro que Cría cuervos es una película difícil...
– …


Los incendios



Coro de ángeles freaks

– Ahora ya sí que se le volaron los pájaros definitivamente.
– Sí, ¿qué quiere prender fuego ahora?
– A ver…, démosle chance (limitada, eso sí).

Tal vez uno de los episodios que haya marcado mi vida con más fuerza me ocurrió una noche en mi querido barrio natal de Lanús (me encanta la palabra inglesa hometown, pues es cortita y define exactamente una idea que va más allá del lugar de nacimiento, pero en Lanús casi nadie habla inglés.); decidí invitar a mis padres a ver Cría cuervos en un cine del barrio, uno de los tres que había en ese momento, y que hoy en día han pasado a ser lugares de reunión de pastores parlanchines y mercachifles, centros comerciales donde consigues casi todo, o simplemente han pasado a ser la nada, emulados por Cinema Paradiso o Splendor, y sus habitués e ídolos andan por esas calles de Lanús al mejor estilo de Los fantasmas del Roxy, de Serrat.

Yo ya había visto esa peli y, camino al cine, pensé que tal vez sería “difícil” para mis padres, especialmente para él. Para aquel entonces, en que yo andaba en mis bien entrados veintes, creía y “juzgaba” lo que la gente podía llegar a entender sobre algo y de qué manera lo haría. Cometía y seguía uno de mis frecuentes razonamientos intelectu“osos”, y vaya “osos”. Con el tiempo fui aprendiendo algo. Sigo cometiendo “osos” intelectuosos, pero estoy más advertido, intento evitarlos y; además, la noche que estoy refiriendo recibí una de las lecciones más importantes que me han brindado.

Coro de freaks ya un tanto impacientes

– ¿Y…?
– Sí, ¿qué onda?

La cosa es que al salir del cine, en esa noche que recuerdo muy fría, quise preguntarle a mi padre, que caminaba junto a mí, qué le había parecido la película, y al mirarlo me di cuenta de que su cara estaba bañada en llanto. No alguna lágrima que se escurría. Era un llanto incontrolable. Seguimos caminando los tres, y mi madre, siempre tan hábil, se paró en unas vidrieras a comentar algo sobre las mercaderías, y la situación se fue salvando.
Era la segunda vez en mi vida que había visto llorar a mi padre; la otra fue con y por los militares, pero eso ya es otro cantar, que de cantar, realmente no tuvo ni tiene nada. Mi padre en algunas cosas era muy particular, apenas había concluido su escuela primaria, trabajaba y fumaba desde los siete años, cuando repartía carbón en un carro tirado por un caballo; sin embargo, escribía con gran propiedad, y yo a veces leía sus informes en los expedientes de la Municipalidad que traía para trabajar en casa. Odiaba el alcohol y la violencia; tal vez porque había sido criado, supongo que de la mejor manera posible, por mi tía mayor (hermana de mi padre que era el menor de una prole numerosa) en un despacho de bebidas. Su entorno estaba plagado de violencia y borrachines. Sin embargo, esa noche Saura lo incendió a mi padre, tal vez de una manera sutil pero igualmente conmovedora. Mi padre rara vez iba al cine; no sé si alguna vez había ido al teatro. Nunca lo vi leer un libro. Al igual que nunca lo vi insultar a mi madre, ni mucho menos levantarle una mano, ni disminuirla en ningún sentido. Discutían sí, pues a veces no había de otra,… en algunas cosas eran muy distintos. De mi abuelo paterno sólo conservo un recuerdo primigenio, su velorio, cuando yo era demasiado pequeño como para tener consciencia de la muerte, e incluso para recordar. Lo demás es un gran interrogante; seguramente, pues según supe luego por mi madre, mi abuelo le pegaba a mi abuela. Mi padre jamás hablaba de él, simplemente nunca había existido.
Mi padre para nada era aficionado al cine, y sus comentarios preferidos sobre las películas que veíamos en casa por la tele eran: “¡Cuánto celuloide al pedo (léase “de gusto”, según el lunfardo argentino) se gastó en esta película!”. “¡Puta, si yo tuviera un mango (“peso”, en lunfardo) por cada tiro que se echaron aquí!”. Pero esa noche, Saura inflamó a mi padre hasta un llanto incontrolable. Y esa noche también reflexioné sobre el arte, no ya “helarte”.

Entran varios ángeles freaks al unísono

– Chau, ahora va a volver a contar ese chiste sobre “¿Qué es el arte (léase “helarte”)?
– ¿Otra vez?
– No…, ya fue demasiado…

Esperen, aquí voy a defender mi chiste a capa y espada; además de las satisfacciones que me ha dado durante más de cuarenta años que lo he estado contando, porque tiene que ver con esa a veces pretendida condición tan culta, tan sectaria, tan artística (valga la redundancia), tan helada del arte. Para mí, para mi mí muy mío, el arte no debería “helarte”, debería inflam“arte”, incendiarte por dentro. Por su belleza, por su crueldad, por su realidad, por su subjetividad, por su grandeza, por la insignificante pequeñez de las miserias humanas, por lo que sea, pero incendiarnos. Y no enseñarnos un carajo, ya estamos hartos de lecciones. Sólo mostrarnos. Dejar que seamos nosotros los analistas de lo que vemos, dejar que se desarrollen nuestros sentimientos más allá de la estricta percepción sensorial. No hay que entender el Guernika de Picasso para percibir el horror de los bombardeos nazis sobre esa localidad vasca durante la Guerra Civil Española. Se puede ser respetablemente lego con respecto a la referencia histórica, pero es difícil dejar de notar que nos están transmitiendo horror. No comprendo el “no entender”. Antonin Artaud; tal vez más que nadie, llevó la idea más lejos que otros cuando decía, hablando acerca de su teatro de la crueldad, que una persona sentada en la butaca de un teatro tendría que considerar la posibilidad de salir de allí con vida. Un poco exagerado no…, pero casi tanto como lo que decía el escritor argentino Roberto Arlt, cuando afirmaba –en este caso– que las palabras deben encerrar la violencia de un cross a la mandíbula. O tal vez es muy similar a ese personaje del maravilloso cuento de Julio Cortázar, llamado Instrucciones para John Howell, donde el protagonista, espectador de una obra teatral, en un entreacto se ve quitado de su butaca para verse involucrado en escena y en una “realidad” que va mucho más allá del libreto. La idea de algunos creadores es ésa, involucrarnos, de alguna manera hacernos partícipes. Mostrarnos algo, desde esa supuesta irrealidad, no enseñarnos, simplemente mostrarnos. Mi padre fue mi mejor maestro porque nunca me dio lecciones de vida, simplemente a través de sus actos me mostró que creía que no se debía hacer. Él tenía todo para ser uno de los cuervos más grandes; no obstante eso, me mostró por qué no hay que criar cuervos.


Un cachito sobre Saura



Carlos Saura nació en 1932 en Huesca, Aragón, tierra de su maestro, Luis Buñuel, amigo y socio de muchas inquietudes. Artista integral que ha abrazado la escritura, el guionismo, la escenografía, la coreografía, la fotografía, y por supuesto la dirección fílmica; cuenta con más de 40 películas en su haber. Muchísimas de ellas memorables, pero además sumamente valiosas por haber sido realizadas durante etapas durísimas del franquismo, y desde la propia España, burlando la censura, y sin ceder un ápice en sus convicciones más profundas. Los golfos (1960) fue tal vez su primera película en “serio”, cuando Carlos Saura contaba con sólo 28 años, y en ella volcó una de sus más densas preocupaciones, la delincuencia juvenil; además de rendir un tributo a Los olvidados, de Buñuel.

Larga es la lista de Saura, pero podríamos citar, siempre subjetivamente y siguiendo tal vez un gusto personal, Llanto por un bandido (1964), La caza (1966), Ana y los lobos (1973), La prima Angélica (1974), Bodas de sangre (1981), Ay, Carmela (1990), Tango (1998), Fados (2007), y su última producción, Don Giovanni, que creo no se ha estrenado aún. Por suerte, a sus 77 años, Carlos Saura sigue produciendo. En Deprisa, deprisa, Saura retomará esa vieja idea, mostrándonos ahora las cosas de otra manera, con un gusto más anclado en las imágenes, en la música y en la parquedad de los diálogos.






Ahora sí, Deprisa, deprisa





Deprisa, deprisa es una peli de 1980, para algunos de 1981. Difícil es asegurar que es de 1981, ya que el 3 de marzo de ese año, José Antonio Valdelomar, su principal protagonista, era recluido en la famosa prisión madrileña de Carabanchel (versión española de la tristemente mexicana Lecumberri), luego de ser apresado por un atraco a un banco a punta de pistola. Valdelomar, al momento del arresto, cargaba entre sus cosas su contrato de la peli, por la que había cobrado unas 300,000 “pelas”, ¿o es que todo había pasado tan deprisa? A los pocos meses se reencontraría en prisión con su compañero de film, Jesús Arias Aranzueque, el “Meca” en la peli. Juntos verían Deprisa, deprisa en la cárcel, según ellos “Uno de las pocas diversiones que teníamos allí cada 15 días”.

¿Tomó Saura a delincuentes para hacer su película, o éstos se convirtieron en tales gracias a ella? Pues, no creo, los protagonistas de la película no eran actores profesionales y fueron reclutados de una de las barriadas marginales de Madrid. Posiblemente los cuervos ya estaban criados cuando se filmó la peli. Tal vez ya no se podía hacer demasiado con algunos de ellos. Al acusarle a Saura de facilitar drogas a sus protagonistas para darle más realismo al film, éste respondió: “Eso es un disparate; además, ellos saben mucho mejor que yo dónde conseguir lo que quieren”. Tal como se muestran las cosas en la película, ésta podría bien ser un documental; al igual que lo podría ser El Chacal de Nahueltoro, del chileno Miguel Littin; sin embargo, ninguna de las dos lo son, por aquello tan cierto y sonado de que la realidad supera a la ficción, aunque a veces esta última pretenda transformar de alguna forma esa realidad.








El argumento no podría ser más simple: se nos muestra una cabalgata delictiva que lleva irremediablemente a la perdición. Lo que cada uno quiera ver a través fundamentalmente de esas imágenes, es muy personal. Cada quien se puede dejar incendiar o helar. Se pueden emitir juicios o tomar partido, sí, eso también se vale, aunque de ninguna manera es la intención del director. José Antonio Valdelomar (Pablo) no pudo con la delincuencia, siguió con sus delitos, fue apresado en varias ocasiones más, se fue a vivir a la ciudad de Reus, en Tarragona, se casó, tuvo hijos, siguió delinquiendo, y finalmente murió de una sobredosis de heroína, en 1992, no pudo con una vida que había pasado deprisa, muy deprisa. Apenas pasaba de los treinta. Sus amigos le decían: “Ya párale, todos te conocen de la peli; además, con esa frase de ‘deprisa, deprisa’, todo el mundo de da cuenta de quién eres”. La película dura aproximadamente 100 minutos, si bien dura toda la vida, a menos que nosotros hagamos algo para que estas cosas no duren por siempre.




La banda sonora es realmente una joya, cuenta con unas magníficas interpretaciones de Los Changuitos (los auténticos maestros de la rumba flamenca y gitanillos a morir) –Me quedo contigo es una de las más bellas canciones de amor que he escuchado: “…si me dan a elegir entre tú y mis ideas, que yo sin ellas soy un hombre perdido, ay amor, me quedo contigo”, Caramba, carambita por Los Marismeños, y hasta un par de canciones de Panchito Varona, compañero inseparable de giras y parrandas de Joaquín Sabina. La música no es casual aquí, ya que sin decir “¡Agua va!”, Carlos Saura no puede ocultar su solidaridad con todo lo gitano, lo andaluz, lo siempre estigmatizado en España como delictivo. “Delinquen porque son vagos, se la pasan bebiendo y cantando. No trabajan. Lo llevan en su sangre mora”. Sí, son los gitanillos cuervos que España viene criando hace rato.


Coro de ángeles freaks, algunos ya en decidido disenso

– Pero el cuervo es cuervo, y se acabó.
– Bueno, claro que sí, es su condición natural, pobre pajarito, roba, roba cosas brillantes y de colores para hacer su nido, se parece a los seres humanos.
– ¿En que nos gustan las cosas brillantes y de colores?
– Sí, pero además en que por naturaleza tenemos propensión a delinquir.
– Claro, pero muchos nos refrenamos y no lo hacemos.










Ante estas últimas reflexiones de varios freaks, debo decir que aquí ya habría que enfrentar odiosas definiciones que no siempre conducen a acuerdos. ¿Cuál es la real definición de delito? ¿En qué consiste delinquir o no? ¿Es el miedo al castigo una determinante de abstenerse de delinquir? ¿Es la pena o el castigo reparador, rehabilitador, o cualquier otro “dor” que se nos ocurra la principal limitante? Se me ocurrió un simple ejemplo: si va una persona fumando en el Metro, en el peor de los casos será detenida, u obligada a bajar del vagón, a apagar su cigarro, o será cuando menos amonestada por uno o más pasajeros. Si corre la peor de las suertes, hasta puede ser denunciada por un “verde y ecologista” por secuestrar su capacidad respiratoria, y ser candidata a la pena de muerte. Sin embargo, queridos freaks, hay un cartelito en el Metro, igual o más de visible que la prohibición de fumar, que muestra esquemáticamente a una mujer embarazada o con un niño en brazos, un viejecito con bastón, y un discapacitado (Perdón, una “persona con capacidades diferentes”. En esas hipocresías nos devanamos los sesos.) en silla de ruedas, y estoy cansado de ver a mucha gente que se hace la dormida frente a tales necesitados, o simplemente hace caso omiso al letrerito y a la condición del que va parado y apachurrado como sardina enlatada. Los dos cartelitos deberían respetarse por igual, inclusive aunque no estuvieran. El no respetarlos constituye un delito, o infracción, o trasgresión, o como quieran llamarle. Si definimos al delito como quitarle a otro lo que le pertenece, o a lo que tiene derecho, ¿no sería un delito quitarle a una mujer embarazada su justo derecho a sentarse? Por su condición, para que nada ni nadie le tenga que apachurrar su panza de casi nueve meses, para descansar. Eso de ninguna manera se ve como un delito, y nos dirían: “Sí, está mal, pero de allí a que sea un delito…”. Ya metiéndonos en los alcances, el terreno se vuelve mucho más espinoso. Inclusive se comienzan a sopesar posibilidades: “nadie me va a meter al bote por no ceder mi asiento; en cambio si fumo en el Metro, ya es distinto, tal vez por lo menos me multen. Caer en el simplismo de lo que está bien y lo que no, es demasiado lineal. Pero a veces funciona. Yo hago muchas cosas que no están bien incluso cometo delitos según las leyes de la sociedad, pero siempre cedo mi asiento ante los mencionados casos. La razón es también muy simplista, un día mi madre me dijo: “Hijo, cuando veas una mujer embarazada dale el asiento, piensa que soy yo cuando te tenía en mi panza”.
Pero veamos otro ejemplo más gráfico. La imagen de estas niñas israelíes mandando mensajes de muerte a los receptores de los misiles (en este caso, la población libanesa civil durante 2006, una imagen repetida, ¿verdad?, que se podría perfectamente aplicar hoy a la franja palestina de Gaza) sobre los que están escribiendo, puede llegar a ser la prueba más evidente de la mejor manera de criar cuervos.









¿Es un delito enseñarles a hacer eso –no creo que lo hicieran por propia iniciativa?, ¿es un delito permitírselo?, ¿es un delito educar niños en el odio? Ahí se los dejo de tarea. Hagan sus evaluaciones acerca de qué castigo merecería esta lesión permanente a la niñez, este criar cuervos irreparablemente.

Coro de ángeles freaks a los que se incorpora el escribiente, que estaba por allí, según su costumbre, bebiendo y devorando unos bocadillos deliciosos

– Pero de ninguna manera se puede comparar no ceder un asiento con robar, matar o asaltar un banco; o inclusive escribir un mensaje amenazante.
– Claro…
– Además hay distintos niveles de delitos y distintas consecuencias.
– Sin hablar de que también existen diferentes motivaciones, predisposiciones y escenarios.
– Todo está enmarcado en un contexto social.

Sí, todos tienen en parte algo de razón, pero en esto del delito hay mucha tela por cortar. Claro que desde el mero simplismo o desde un lógica más cartesiana, parece que no es delito asesinar o secuestrar el futuro de la gente a través de la mentira, el hambre, la falta de oportunidades, la corrupción, la represión, la falta de educación, y muchísimos etcéteras más. Los autores de esos delitos no ceden sus asientos, simplemente porque no viajan en el Metro, créanme, tampoco roban bancos, pero sí roban de otra forma, y matan asimismo de otras formas. De la peor de las formas, amparándose en la impunidad. ¿No es acaso el presidente saliente de Estados Unidos uno de los más temibles asesinos seriales que conoció la historia de la humanidad? La salida es fácil, decimos que ya la historia lo juzgará. Mentira, nunca se sentará en el banquillo de los acusados, y la historia, ¿o los historiadores?, a veces tienen mala memoria.





El entorno social. Otro maravilloso punto, desde donde generalmente vemos la realidad como si no perteneciéramos a ella, como si estuviéramos en una caja de cultivo de bacterias en un laboratorio. Volviendo a nuestro simplista ejemplo del Metro, ¿acaso no somos cómplices de no pedir a alguien que está ocupando un asiento reservado que lo ceda a quien lo necesita? ¿Sabemos a ciencia cierta cómo y hasta dónde se puede perjudicar a una persona por el solo hecho de hacer algo que no es debido, y que consideramos en nuestro fuero muy interno que está alejadísimo del concepto de delito? ¿Hasta dónde puede afectar el “efecto mariposa” el devenir de las cosas? ¿Puede una negligencia administrativa y burocrática acabar con la vida de un paciente? Pues puede que sí, ¿verdad? Ahora bien, quién comete, castiga, o condena ese delito es muy dudoso, tal vez inasequible. Para un pacato y mentecato edil de una hermosa ciudad mexicana, sla justificación de su propuesta abortada, por tan extremadamente disparatada, de prohibir los besos públicos, e incluso de castigarlos con penas de multa o de prisión, al calificarlos de delito, pues promueven los “agarrones olímpicos” (¿¿¿???) que desencadenan los embarazos furtivos, es una mentira. Él simplemente odia los besos, y con eso… Nosotros, entre tanto, dediquémonos a guardar, como el protagonista de Cinema Paradiso, de Tornatore, esos besos dados y también los que no se han dado; contra todos los curas (y los que no lo son) censores del mundo, contra los que se roban literalmente nuestras mejores cosas.
Después de todo, y aunque la ficción se empeñe en imitar a la realidad, o al revés, Deprisa, deprisa no deja de ser una película más, que en la obviedad, no toma partido por héroes o villanos, pero que de alguna manera nos muestra por qué no se deben criar cuervos. No sólo porque (figurativamente según el refrán) te pueden arrancar los propios ojos, sino también los ajenos. Los cuervos no hacen distinciones oculares. Lo más deseable sería ayudar a que nada ni nadie críe cuervos, empezando por nosotros. Pero eso sí, habría que hacerlo hoy mismo, deprisa, deprisa.

miércoles, 28 de enero de 2009

Cinito del viernes..en la fondesa!


Queridos Freaks,
 
Después de tanto, cantaría Javier Solís, finalmente llega el cinito a la Condesa; llega de prisa de prisa, de la mano de Alejandro y de Carlos; nuestro Alejandro, quien hará la presentación debida, y el Saura, quien se dignó dirigir a unos jóvenes desconocidos en 1981;
 
Estrenamos venue; ustedes perdonarán las molestias de los hombres trabajando en el barrio, pero tenemos al carnal Marcelo de vecino y las obras nos han llegado, entre ciclotones, reencarpetamientos y cambios de tuberías;
 
La cita, pues, este viernes 30 de enero, a partir de las 9pm, como siempre, para ver también las fotos de la fiesta de Madeleine;
 
No es de traje, pero si tienen especial predilección por alguna bebida exótica, favor de solicitarla a la Bodega;
 
Los esperamos, con mucho cariño,
 
YeI

lunes, 15 de diciembre de 2008

Posada - Pastorela

Queridos Freaks:

Ya lo saben , pero creí que nuestro Blog tenía que tener la información que en la posteridad y en la propia posmodernidad es inmarcesible , será innegable e inconmensurable:

El Estreno Mudial de:
¿Quién fue el Encampanador?
Pastorela que se presentará el 20 de diciembre del 2008 en el Teatro- Bar "El Ángel Exterminador" al filo de las 22:30 hrs
Queridos Frikis ¡¡No Falten!!!